La mayoría de las mujeres nos imaginamos la etapa del
embarazo como un período mágico, único, y verdaderamente somos unas
privilegiadas ya que el transitar cada etapa del mismo nos convierte en seres
ESPECIALES. Como muchos dicen, el “milagro” del embarazo no se manifiesta de
igual manera en cada una de nosotras. Además, los cambios que experimentamos no
son sólo corporales, sino que la revolución hormonal que recorre nuestro
organismo a veces desencadena en reacciones inesperadas…
Por tal motivo, es primordial tener en cuenta algunos
aspectos y cuestiones que nos van a
facilitar y favorecer algunas experiencias que forman parte de los nueve meses
como mamá gestante.
DURANTE los primeros tres meses de gestación – con o sin
síntomas como náuseas, vómitos, mareos – es muy importante tratar de generar y
propiciar un ESPACIO en el cual podamos realizar actividades al aire libre como
caminar con tu pareja, con amigas, con tus otros hijos – si no sos madre
primeriza – ya que esto ayuda y colabora con el retorno venoso y de esta forma
al sistema circulatorio en general beneficiando también la oxigenación del
embrión. Pero principalmente porque permite que la mamá gestante encuentre un
momento para ella misma y su bebé, permitir esa conexión favorece no solo físicamente sino también psíquica y
afectivamente bajando los niveles de ansiedad o malestar provocados por el
propio estado. Lo recomendable es realizarlo dos veces por semana, como mínimo,
alrededor de 40 minutos e ir aumentando el tiempo y ritmo de la marcha
progresivamente.
DURANTE el segundo
trimestre del embarazo (del cuarto al sexto mes), período en el cual el
bebé ya es más grande, lo que provoca que los tejidos del abdomen de la mamá
gestante se estire, aumente su diámetro, se sienta más pesada y a su vez un
poco más limitada, es fundamental buscar
una actividad como PILATES que propicie la realización de rutinas de 50
minutos como máximo, en las que los ejercicios ejecutados tonifiquen la
musculatura de la espalda dorsal y abdominal (ya que esa zona, normalmente,
suele presentar hipotonía muscular); y ejercicios que estiren la musculatura de
la zona pectoral y lumbar (ya que esa zona, normalmente, suele presentar
retracción muscular). Dos clases de pilates por semana, sumado a la caminata
que viene realizando desde el primer semestre de embarazo es el complemento
ideal para que la mamá gestante se sienta bien tanto motriz y corporalmente como
también psíquica y afectivamente ya que en todo momento se siente conectada con
su bebé y con las sensaciones del propio cuerpo.
Finalmente, en la última etapa del embarazo es cuando más
atención debemos prestar a nuestro cuerpo y nuestro estado general físico – mental
– afectivo ya que las limitaciones corporales ya son un factor de cierta
irritabilidad y sensibilidad por la que experimentan todas y cada una de las
mujeres que transitan por éste período. Para ello, es fundamental que tratemos
de recordar a cada instante, la oportunidad que nos da la vida de llevar un ser
humano pequeñito dentro nuestro y que en poco tiempo, tras dar a luz, gracias a
nosotras llegará al mundo; mientras tanto, nosotras debemos tratar de transitar
ésta última etapa realizando las caminatas – de 20 minutos también son
excelentes – que veníamos realizando desde el comienzo del embarazo, dos clases
semanales de PILATES en las cuales los ejercicios además de tonificarnos
muscularmente nos ayuden a elongar/estirar todas las partes del cuerpo para
contrarrestar malestares en la zona cervical – entre otras cosas – lumbar, y
además los miembros inferiores.
En fin Mamá, si bien cada embarazada es un “mundo diferente”
es muy importante que desde nosotras mismas generemos el ESPACIO para que el
tránsito por cada etapa del embarazo la podamos experimentar de manera única y
que se convierta en un momento INDESCRIPTIBLE e INOLVIDABLE.
Artículo publicado en la revista Cuerpo y Mente en Deportes – Argentina.